Los reportajes del periodista ruso
Alexandr Rogatkin dedicados al problema de la inmigración suscitaron una
amplia polémica tanto en Rusia como en el exterior.
El periódio francés Le Monde
no pudo pasar por alto el reportaje “Extranjeros-2” dedicado a la vida
en los suburbios de París bajo el control de los inmigrantes. El diario
criticó a la película afirmando que todos los problemas expuestos no
tienen nada que ver con la realidad. Según los expertos, a los franceses
no les gusta que se haya planteado un problema que el propio país es
incapaz de resolver y hace todo lo posible por ocultar.
Actualmente,
cada persona que visita París además de saber los lugares que vale la
pena observar, también debe saber cuáles son los barrios de la capital
francesa y sus alrededores que debe evitar. Todos los suburbios de París
donde se yerguen edificios de vivienda sencillos de muchos pisos forman
parte de la zona insegura y peligrosa. Nuestro equipo de rodaje trabajó
en estos barrios, lo que no les gustó a sus habitantes, destacó
Alexandr Rogatkin:
—Nos
decían que no podríamos rodar nada en los barrios árabes de París.
Respondíamos: ¿Cómo es esto posible en Francia que es casi el centro de
Europa? Nos decían que en cuanto salieramos a la calle con la cámara
encendida nos golpearían. No lo creíamos y salimos a la calle con la
cámara encendida. Es decir, nuestro camarógrafo no tuvo tiempo de salir del coche cuando fue golpeado.
La
policía se negó a prestar ayuda, e incluso intentaron impedirnos rodar
la película. Las fuerzas del orden público no tienen un poder real en
estos barrios y en la mayoría de las ocasiones, evitan aparecer por
allí. Estos barrios están bajo el control de las comunidades étnicas y
los narcotraficantes, contra los que la policía puede luchar solo
empleando métodos especiales, señaló en la película “Extranjeros-2” el
secretario general del Partido Radical de Izquierda, Olivier Decrock:
—Los vendedores de drogas tiran del tejado los hornos de microondas
o camas a los policías. Mientras, los policías incendian estos
edificios con la ayuda de bomberos para hacer salir a los criminales a
la calle.
Sin tomar en consideración la tasa
de criminalidad en Francia, parece que los inmigrantes conquistan el
país paulatinamente. Muchas ciudades y suburbios solo son europeos a
primera vista, pero se ha establecido un orden interno al estilo
oriental, dijo a Alexandr Rogatkin un habitante de un barrio al norte de
París:
—Con
frecuencia, se suspende la distribución de carne de cerdo en los
comedores escolares. A veces, a los escolares que no son musulmanes se
les prohibe comer carne de cerdo. Las piscinas de varias ciudades tienen
un horario especial para las mujeres. Es posible que en breve se
prohiba a las mujeres y a los hombres viajar en el mismo autobús.
Los
expertos consdieran que la situación actual es el resultado de una
política de inmigración mal pensada que se aplicó por las autoridades
franceses durante muchos años. Francia fue uno de los primeros países
europeos que empezó a recibir a los inmigrantes. En el siglo XIX, los
ciudadanos de otros países europeos venían a Francia en busca de trabajo
o asilo político. Después de la desintegración del imperio colonial en
la década de los sesentas del siglo pasado, Francia empezó a recibir a
los habitantes de sus antiguas colonias que inmigraban a Europa en busca
de una vida mejor.
Un momento crítico en la historia
de la inmigración fue la década de los setentas, cuando las autoridades
de Francia decidieron mejorar la situación económica a cuenta de la
mano de obra barata y abrieron las fronteras. Se emprendieron varios
intentos de tomar el flujo de inmigrantes bajo control. Por ejemplo,
Francia firmó una serie de acuerdos con Argelia que limitaban el número
de los ciudadanos de este país que podían trasladarse a Francia. Pero en
general, la base legislativa fue mal pensada.
Según
los expertos, aproximadamente seis millones de inmigrantes viven ahora
en Francia. Una parte de ellos perdieron el trabajo debido a la crisis y
se dedicaron a las actividades criminales. Los franceses autóctonos no
están contentos con este desarrollo de acontecimientos. Esto se reveló,
en particular, en las últimas elecciones presidenciales en Francia en la
primera ronda de las que la candidata por el ultraderechista Frente
Nacional, Marine Le Pen, obtuvo una cantidad de votos excepcionalmente
alta. Es posible que el número de los partidarios de Le Pen siga
creciendo, porque es poco probable que el gobierno actual de los
socialistas logre resolver el problema de inmigración, destaca Piotr
Cherkásov:
—El
presidente francés François Hollande, llegó al poder, gracias a los
votos de los llamados “nuevos franceses”, es decir, los antiguos
inmigrantes. Durante los próximos años, sería difícil resolver todos
estos problemas. En este caso, la administración presidencial
socialista, el partido gubernamental socialista y el propio presidente
de Francia se verán obligados a renunciar a muchas promesas electorales,
y esta es una tarea complicada.
Casi todos
los países europeos afrontan el mismo problema. Las crisis políticas y
económicas obligan a los habitantes de los países árabes y africanos a
emigrar a Europa donde ya no se les da la bienvenida. El año pasado, se
produjo una crisis migratoria en Europa. Miles de inmigrantes ilegales
provenientes de Túnez, Egipto y Libia azotados por las revoluciones se
dirigieron a través del mar Mediterráneo a la isla italiana de
Lampedusa. Las autoridades italianas les otorgaron visados temporales.
La medida permitió a los inmigrantes desplazarse libremente por otros
países de la UE, incluída Alemania y Francia. Esta situación puede
repetirse próximamente.
http://spanish.ruvr.ru/2012_10_24/Francia-inmigracion-problema-crisis-economia/