¿Democracia?

Para los que aún siguen pensando que esto es una democracia, les voy a explicar por que no lo es.

Por ejemplo, comparemos el sistema de elección del legislativo nuestro y el de Inglaterra. En Inglaterra el sistema es mayoritario de circunscripción uninominal frente al nuestro de listas cerradas y bloqueadas. Esto significa que en Inglaterra son los votantes quienes eligen a los parlamentarios, mientras que aquí son los partidos quienes deciden quien está en la lista, quien no y en que posición. Allí los votantes saben quien es su representante – con nombre y apellidos – en el parlamento, aquí, ¿Usted sabe quien le representa en el parlamento?. Allí un parlamentario defiende los intereses de sus votantes – ya que en caso contrario los votantes les podrían dejar de votar -. Aquí se prima la sumisión al partido, ya que si no es sumiso y acata lo que el partido diga, le bajarán puestos en la lista o lo sacarán. En Inglaterra es habitual que los parlamentarios de un mismo partido emitan votos contrarios, incluso votos contra el líder de su propio partido. Aquí el parlamentario es un figurante que dice, piensa y actúa como su partido le indica. Nuestro sistema es como si usted entra en el supermercado de su barrio a comprar un champú y le indican que si se quiere el champú también deberá comprar una caja de galletas, un bidón de 5 litros de agua mineral, un par de calcetines, una botella de lejía y tres pizzas congeladas, por que los productos se venden en lotes, no por separado. ¿Le parece razonable?

Para redondear la circunscripción electoral es la provincia más la ley D’hont. Resultado: PNV y UPD han obtenido el mismo número de votos, por lo que deberían tener el mismo número de escaños. Pues no, el PNV tiene seis veces más escaños que UPD. ¿De verdad este parlamento nos representa a la nación?

Comparemos la elección del presidente en Francia (sí bien Francia es una república y por tanto hablamos de presidente del estado y no del gobierno como aquí) con nuestro sistema. En Francia existen las llamadas elecciones ejecutivas a dos vueltas. Los votantes votan a que presidente quieren – con nombre y apellidos -. Los dos más votados pasan unas semanas después a segunda vuelta, y el más votado en las segundas votaciones es proclamado presidente. El presidente, por tanto, lo es exclusivamente por voluntad de la nación. Aquí el presidente es elegido por el parlamento (recordemos, por ese parlamento que no representa realmente a la nación), y dado que los parlamentarios representan a los partidos, el presidente termina siéndolo por voluntad de las cúpulas de los partidos. Y como raramente el partido más votado obtiene la mayoría absoluta, al final su elección se transforma en una subasta donde los partidos minoritarios piden contraprestaciones a cambio de votar a uno de los candidatos. El presidente termina siéndolo por voluntad de unos partidos que representan a unos miles de votantes. Y dado que estos suelen ser partidos nacionalistas, al final la elección del presidente del gobierno se termina convirtiendo en una subasta de competencias y dinero. ¿El presidente del gobierno realmente representa a los intereses de la nación? ¿O más bien representa los intereses de las cúpulas políticas?

La guinda fue el debate en las últimas elecciones generales. Se constató su nula capacidad para dirigirse a la nación, dado que están acostumbrados a dirigirse entre ellos. No se debatió cosas como las que expongo, por que simplemente no les interesa a ninguno de los dos. No estaban el resto de candidatos ni había periodistas de todos los medios que pudieran interrogarlos, dos cuestiones que hubieran subido el nivel del debate.

Y encima tenemos un modelo de estado que nunca se cierra, siempre está abierta la posibilidad de transferir más competencias y dinero (pues las CCAA no se hacen cargo de las competencias transferidas) asimétricamente (deciden transferir la competencia X a la autonomía A, pero no a la autonomía B ni C). Las competencias que ejerce una determinada CCAA responsen a la compra venta de votos – léase el párrafo referido a la elección del ejecutivo – y los intereses de la casta política local y no a eficacia ni a los intereses de la población. Frente a este modelo están los estados federales, en donde los la nación aprueba una constitución donde se indica claramente que competencias ejercen los estados y que competencias el gobierno federal y el reparto no es negociable políticamente. En un estado federal la tendencia es a ceder competencias al gobierno federal, aquí se tiende a vaciar de competencias al estado y repartirlas entre las CCAA como pago para que un determinado candidato siente su culo en la Moncloa.

¿Sigue pensando que esto es una democracia? ¿O quiere que siga explicandole más motivos por los que no es una democracia?

Comentarios

  1. Bueno, yo hubiera empezado hablando del Poder Judicial, que para mí es la línea roja que determina dónde termina la democracia y dónde empieza lo que no es democracia.

    En la separación de poderes, pilar de toda democracia, lo más importante es un poder judicial independiente de los otros dos poderes, un poder judicial que pueda anular o suspender las leyes y decesiones contrarias a la constitución. Sin eso, es decir, sin un Estado de Derecho, no hay democracia, eso es lo principal. Y para que haya esa independencia del poder judicial (y en su caso, del Tribunal Constitucional), los jueces no pueden ser nombrados por los políticos, tienen que ser nombrados por los propios jueces. Si son nombrados por los políticos, entonces los jueces deben ser vitalicios, como en EEUU.

    Después viene la separación ejecutivo-legislativo. En un regímen parlamentario como el inglés o el español, el presidente del gobierno es elegido por los diputados y no por los ciudadanos. Aunque este sistema ofrece menos calidad democrática que el presidencialismo, pues permite que gobierne quien no ha ganado unas elecciones gracias a pactos post-electorales, sin embargo, en el parlamentarismo es posible una separación ejecutivo-legislativo relativa, que se fundamenta en la capacidad de los parlamentarios para votar en conciencia, es decir, no estar sujetos a disciplina de partido. Algo que por supuesto no existe en España, pero tampoco existe en Francia. Y es que eso tiene poco que ver con si el sistema es proporcional o mayoritario. Francia, aun siendo una república semipresidencialista con un sistema electoral mayoritario, es al fin y al cabo, una partitocracia, donde ni existe independencia del poder judicial ni los parlamentarios tienen libertad de voto.

    Me ha gustado mucho el símil del supermercado, se podría aplicar también al referéndum de la constitución del 78. Ahora ya se han acabado el agua, las pizzas, las galletas y nos estamos comiendo los calcetines y bebiendo el champú y la lejía.

    Aunque en un modelo federal no necesariamente se debe tender a la devolución de competencias al estado central, todo depende del tipo de federalismo que haya en cada país. Lo que está claro es que un modelo federal, en el que las regiones tuvieran todas no solo el mismo techo competencial, sino las mismas competencias (y el mismo modelo de financiación, sin conciertos económicos ni otras estafas), se evitaría esta sangría competencial propia del estado de las autonomías que lleva a la nación a morir desangrada. Y en el caso de España, todas las competencias que pusieran en juego la igualdad ante la ley de los ciudadanos, deberían ser del estado central, empezando por educación y sanidad.

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  2. Existen tantas brechas por donde hace aguas este sistema democrático "transitorio" que a lo largo de treinta años nos hemos venido hundiendo en una mar de dudas razonales sin que apenas lo percibamos. Aludo al término transitorio por la deriva impuesta por la llamada transicion.

    Efectivamente, hoy por hoy, no podemos ni olfatear ni palpar de facto la sacralizada separación de poderes que tanto se echa en falta en España. Los hechos son sagrados pero las interpretaciones de nuestra realidad son libres, como libres deberían ser los ciudadanos para saber interpretarla.

    El reparto del poder judicial por designación política es lo último de la cocina política española. Dificil situación la de los jueces que, a poco que cambien las cosas en España, solo podrá ir a peor.

    Y ya por último, la elección de los diputados por la cupulocrocia partidista no hace otra cosa que poner el remache de oro a un sistema que lejos de ser pluralista, es método perfecto perpetrado para expoliarnos sin pudor, sin rubor, pero con todo rigor, quienes ahora nos gobiernan, esa casta parasitaria embebida en la urdimbre del sistema.

    El federalismo se ha revelado en Alemania como el fracaso de una política impuesta por los aliados como colofón administrativo tras la capituación en la última Gran Guerra. Sesenta años después, Alemania no solo ha manteniedo su empeño en unificarse -podrían haberse refundido, p. ej. en dos grandes estados federales- sino que ciertas competencias de los Landers regresan al poder central, no solo de la antigua Alemania Federal, sino del centro de poder de la Alemania actual unificada.

    España, siendo la nación más antigua de Europa (Alemania fué parte de ella) debe resistir ahora a un nuevo desafío, al empeño de federalizirse como panacea universal para solucionar la penosa situación política y económica en la que viven sumidos casi sin remisión los sufridos ciudadanos. El federalismo, no parece ser una opción clara si se reflexiona en la experiencia federalista de la II República, experiencia que ni de lejos sería digna de repetirse.

    Saludos

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  3. También es adecuado usar el termino "transitorio" por que esta constitución es util en un regimen transitorio de unos poquitos años, no para mantenerla durante 30 años.

    Yo siempre mantengo que un estado centralizado no puede federarse. Para mi un estado federal aparece cuando paises previamente independientes y soberanos deciden juntarse y crear un nuevo estado por encima de ellos, al que transfieren parte de su poder, incluida la nacionalidad. La UE es un ejemplo: la tendencia es al federalismo.

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  4. Con respecto al federalismo,
    1. La reforma de la ley fundamental alemana (no tienen ni constitución) de 2006 es penosa. Con puntos francamente ilógicos, como es que tanto los lander como la federación tengan la misma autoridad para legislar y derogar leyes en distintas materias, lo que produce que haya un continuo partido de ping-pong entre los estados y la federación, los derogando unos las leyes de la otra y esta respondiendo con leyes nuevas.

    2) España no necesita federalizarse, porque ya es una federación. El estado de las autonomías es un estado federal asimétrico de facto. Es más, rebosa en muchos aspectos al estado federal. Vascongadas, por ejemplo, es la región de Europa que más autonomía tiene (estados federales incluidos). Lo nuestro es casi pre-confederal, estamos a un paso de ser una confederación.

    3) La II República no fue una experiencia federal, sino descentralizada. La I sí fue federal y acabó como acabó por las absurdas teorías sobre la soberanía de Pi i Maragall.

    4) El federalismo no tiene nada que ver con el origen de un país. Un estado federal no es una unión de verios países independientes, a esto se le llama confederación. Cuando estos países ceden su soberanía a una entidad central y pierden en consecuencia su derecho a separarse unilateramente, entonces estamos ante una confederación. Pero no es la única forma de surgimiento de estados federales. También se puede pasar de un estado unitario a uno federal, como ha pasado por ejemplo en Bélgica o México.

    Lo importante no es cómo se ha formado un estado, sino como se articula verticalmente el poder en ese estado.

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  5. Mi intención con este artículo es abrir los ojos a esos que se creen que esto es una democracia y no tanto dar una clase de derecho constitucional.

    Hay muchísima gente que se sorprende cuando les dices que nuestro sistema no es una democracia. Le han metido en la cabeza que este sistema lo es y que el estado de las autonomías es lo mas.

    Y si, me gusta el sistema de EEUU, jueces vitalicios que se van renovando a medida que se jubilan o fallecen. Una forma sencilla de evitar el control político sobre el poder judicial y parece que les va muy bien.

    Por supuesto la independencia de los diputados no tiene nada que ver con el sistema mayoritario. En la constitució habría que incluir un artículo en donde se prohiba la disciplina de partido.

    Hacer un buen sistema democracio considero que es bien facil: estudiar otros modelos, ver cual han sido sus consecuencias a largo plazo. Aprender de la experiencia. Hay modelos de estado y leyes electorales en el mundo a paladas.

    "Lo importante no es cómo se ha formado un estado, sino como se articula verticalmente el poder en ese estado."... y sobre todo que lo haga respondiendo a los interese de la población, no a los intereses políticos (como aquí con el mercadeo de competencias a cambio de votar a un candidato a presidente de gobierno)

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  6. "En la constitució habría que incluir un artículo en donde se prohiba la disciplina de partido"
    Ya hay un artículo donde se prohíbe el mandato imperativo (léase disciplina de partido) y como es bien sabido, nunca se ha cumplido. Hay otro que dice que todos los españoles tenemos los mismos derechos, vivamos donde vivamos, y otro que dice que las diferencias en los estatutos de autonomía no podrán significar privilegios... y no sigo porque me llevaría horas. Lo importante de una constitución es que se cumpla, eso es lo que diferencia las constituciones democráticas de las dictatoriales o partitocráticas. Ya lo dijo Montesquieu "cuando voy a un país no me importa lo que dicen sus leyes, me importa si se cumplen o no"; y la del 78 lleva 30 años siendo papel mojado. No podemos pasar de una mala constitución que no se cumple a una buena que tampoco se cumple (que es lo que pasaría si nos limitamos a remendar de esta forma la del 78). Necesitamos una buena y que se cumpla, y para eso primero hay que tener claro por qué la constitución actual se cumple "según aconseje la jugada": porque el TC y el CGPJ son meros apéndices del gobierno en virtud de los artículos 159.1 y 122.3 de la constitución de 1978 y de la LOPJ de 1985 respectivamente. Por ahí es por donde hay que empezar para explicar a la gente que España no es una democracia.

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  7. Muy buena tu entrada. Más claro, ni el agua.

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