Mi lengua propia
El euskera no forma parte de mi familia
desde hace generaciones, al igual que no lo forma de una mayoría de
las familias vascas. Dicen que si no aprendo euskera pierdo parte de
“mi identidad”, pierdo, algo que nunca ha formado parte de mí ni
de mis antepasados de los que guardamos recuerdos. Es posible que mis
antepasados lejanos hablaran euskera, no lo niego, no tengo
evidencias de lo contrario, pero también pudieron hablar muchas
otras lenguas como latín o protocelta (la posible lengua de
Várdulos, Caristios y Autrigones). Entonces, ¿Porque no dicen lo
mismo del protocelta? ¿Por qué el protocelta no forma parte de “mi
identidad”? ¿Por qué no pierdo nada si no estudio protocelta? La
respuesta es sencilla: Porque el euskera es el gran objeto de culto
de los nacionalistas, y el protocelta no lo es.
Debo aceptar que el euskera "es mi
identidad" porque según sus mitos así lo es, porque según sus
fantasías así es, y por este motivo debo aprender euskera. Esto es
el equivalente a que tenga que aceptar vivir en un caserío de 200 años de antigüedad solamente porque
mis antepasados pudieron vivir en un caserío, o porque digan que es un patrimonio que hay que salvar a cualquier precio. Y como estos talibales
del identitarismo son tan considerados y se preocupan tanto por mi,
hacen lo posible para que aprenda "mi lengua propia" por la
fuerza, por mi bien. Según sus idioteces integristas, si no se
euskera "soy anormal" y debo ser "normalizado".
Igual que la inquisición, que quemaban por el bien del quemado.
Excepto ellos, que se niegan a
“normalizarse”: Anasagasti no sabe euskera, en 40 años no se ha
molestado en aprenderlo, ni da muestras de que tenga intención de
aprender el idioma que exige a otros aprender, Ibarretxe
aprendió euskera tras acceder al cargo de primer ministro de la
taifa. O sus principales periódicos, editados en la que según ellos es “la lengua de
los opresores”.
Debo
aprender
euskera (más concretamente batua, esa
lengua creada
ad-hoc en
las últimas décadas),
tener carnet del
PNV o ser etarra para que los vasquistas me consideren un “buen
vasco”. Si no cumplo ninguna de estas condiciones no puedo ser
“vasco”, soy un “español” o “españolazo”.
Los nacionalismos se sustentan en los
mitos. Y se encargan de alimentar su gran mito para que los
lobotomizados sigan babeando: Que si tiene 7.000 años (*) (sin
aportar evidencias arqueológicas que lo respalden), que si no se
conoce de donde proviene lo que le confiere características místicas (¿Acaso se sabe de donde provienen cada una de las
7.000 lenguas que se estima que se hablan en la actualidad?). Igual
que el "arrantxale" como ente difuso recubierto de una aura
de misticismo, frente a Juan Sebastian Elcano, persona concreta con
hechos concretos documentados.
El intelectualmente aberrante concepto
de "lengua propia" no es más que un invento nacionalista
para justificar mangonear la vida de los demás: “Yo decido cual es
tu lengua, y tu a callar. Y para que te quede clarito, lo pongo en el art.
6 del estatuto de la autonomía". Luego tenemos sus
explicaciones insistentes sobre "mi identidad", que no es
otra cosa más que explicaciones sobre su ideal de vasco al que yo debo amoldarme. Igualito que la Aguirre, que para ser español me debe gustar la tauromaquia. Su argumento tiene un gran fallo de base: Su ideal de vasco me la pela, que ellos consideren “la identidad” como algo
sagrado me la pela, que ellos se consideren entes superiores
me la pela, aunque su esquema mental no les permita entenderlo. La identidad, la pureza serán muy importantes en sus vidas y motivo de orgullo, para mi es una tontería. Su
insistencia solamente ha conseguido que yo, y muchas otras personas,
hayamos desarrollado fobia al euskera y nos pongamos a la defensiva
ante cualquier cosa que huela a euskera.
Y ahora en declaraciones oficiales los
identitarios anuncian que "El reto fundamental de los próximos
años será el de fortalecer el uso del euskera en el ámbito de las
relaciones familiares y personales". La única política
lingüística que he conocido en mis poco más de 30 años de vida ha
sido euskera por las malas, y pretenden intensificar el euskera por las malas, así que seguiremos por las malas. A ver
quien gana, si yo o ellos. ¿En que se diferencia de lo que hacían
los censores franquistas?
Estos nazios han copiado lo más pior del Franquismo : la imposición. Pero ni Franquito prohibió el euskera y el catalán ni obligaban a nadie a ser falangistas para tener "identidad" de español.
ResponderEliminarEso es algo pripio y copiado a los de Adolf.
Recuerdo que en los años 1950 había montones de editoriales en Vasconia que publicaban legalmente libros en vascuence, aunque no los leía nadie al al igual que ahora tampoco. Y la Academia de la Lengua Vasca fue legalizada por el franquismo en 1958.
A mí todos estos nazios me recuerdan a cuando no ser católico suponía no ser humano sino demoniaco y por tanto había que quemarlo.
Excelente descripción de una realidad que viene prolongándose y que terminará por crear en Vasconia uan sociedad medievalizada.
Si bien yo nací tras la muerte de paquito por lo que no llegué a conocer el franquismo de primera mano, no estoy de acuerdo con su segunda frase. En el franquismo era considerado antiespañoles los liberales, comunistas, anarquístas, hippies, evangélicos, homosexuales, sindicalistas,... porque no encajaban en el ideal franquista de español.
ResponderEliminarLo más fascinante es que el vasquismo critique constantemente a lo malo que era franco por lo que hacía, para justificar a continuación en el franquismo para putear a otros.
Hay una película (los rebeldes del swing) que relata la historia de unos jóvenes en la Alemania nazi que disfrutaban de la música jazz. Por este motivo se convirtieron en el objetivo de la maquinaria nazi, porque los nazis consideraban que a un autentico alemán no puede y debe gustarle la música "de negros".
ResponderEliminarAMIGO REPUBLICA BANANERA
ResponderEliminarUna cosa es lo que detallas de liberales, homosexuales, masones, etc. etc. que sí estaban muy perseguidos, y otra es que te obligaran a ser afiliado del Partido ünico, la Falange, cosa que sí sucedía con Adolf.