Carnet de afiliación, prueba de democrata.

Hace unos días el autor de un blog decía, para defenderse de las críticas, que lleva 14 años afiliado a su partido, ocupando cargos de coordinador y que ello es prueba irrefutable de que es un demócrata hasta la médula.

Aquí tenemos el origen de nuestra partitocracia dicho por alguien que lleva viviendo por y para el partido de turno desde hace 14 años.

Ser demócrata nada tiene que ver con tener un trozo de cartón plastificado con el nombre junto a las siglas de un partido político. Hitler y Stalin también tenían uno de esos cartoncitos. Y mucho menos tal como funcionan los partidos en nuestro país.

De la misma forma, democracia no significa libertad de afiliación a un partido político. En la Unión Sovietica existía en partido comunista al que había gente afiliada.

Para que haya democracia real se tiene que dar unas condiciones que en nuestro país no se dan, gracias a los partidos políticos, tales como separación de poderes de origen (no existe en nuestro país), imperio de la ley (cuando algo no interesa a la casta es anticonstitucional, cuando les interesa les da igual si es constitucional; legisladores que nos exigen a los ciudadanos que cumplamos sus leyes, incumpliendo ellos las leyes,...), etc...

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